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¿Crees que aún siguen existiendo ciertos mitos que condicionan el modo en que entendemos el duelo y actuamos sobre él?
De las 63 frases que aparecen en el documento de “Los mitos sobre el duelo”, ¿en cuántas has contestado “Verdadero”? ¿Te ha llamado la atención alguno en especial? ¿Te has sorprendido de alguna de tus respuestas?
¡Abramos debate!No me han salido muchos verdaderos la verdad, pero hay algunos que si que me han salido y tela marinera.. son como muy tradicionales pero que aún se manejan. Siempre me ha chirriado el de “el muerto al hoyo y el vivo al bollo”…soy de la opinión de que en la mayor parte de los casos es al revés…el vivo es el que se queda sufriendo esa perdida y viviendo la vida sin la otra persona…al menos cuando acaba de pasar.
Buenos días,
Creo que a día de hoy siguen existiendo muchos mitos precisamente por lo que dice Carmen en el vídeo, no toleramos el dolor de los demás. Entonces, cuando vemos a alguien sufrir intentamos que ese sufrimiento desaparezca rápidamente. Y caemos en utilizar muchas de esas frases hechas. También creo que eso ocurre como consecuencia del aprendizaje que hemos tenido, esto es, si hemos visto de nuestros padres en otras ocasiones verbalizar esas ideas, utilizamos el mismo repertorio de frases para intentar consolar al otro. Así que, creo que es una mezcla entre la premura por terminar con el dolor de la otra persona y el no saber cómo hacerlo (entre otras cosas porque no es posible acabar con el dolor de otro, por el dolor “hay que pasar”).
A mí únicamente me ha salido un verdadero y lo cierto es que me ha sorprendido porque realmente pensaba que esa frase sí servía para dar apoyo a la otra persona. De hecho, no entiendo por qué no lo hace. Me refiero al mito 30, el que se le dice a la otra persona que si nos necesita puede llamarnos o venir a buscarnos. Creía que era tender la mano y dar espacio a la persona para que decida si necesita o quiere tenernos a su lado en ese momento.
Buenas tardes, me gustaría decir que por desgracia he tenido muchas verdaderas. En los momentos de duelo soy la primera que entiende que hay que dejar llorar libremente, en mi caso yo soy una persona que no llora con facilidad y cuando me derrumbo me gusta soltar todo lo que tengo, en una ocasión cuando se murió un amigo una persona me decía bueno mujer ya deja de llorar, y yo pensaba pero déjeme señora llorar que no hago mal a nadie. Siempre queremos evitar el dolor ajeno, usamos expresiones que en este momento me he dado cuenta que son totalmente desacertadas.
Gracias por vuestras aportaciones, chicas.
Por desgracia, aún hoy, que nuestra cultura tiene una mente más abierta para hablar de duelo, siguen existiendo muchos de estos mitos (aunque en menor cantidad). Y, en la medida en la que pensemos que muchas de esas frases son verdaderas, estaremos coartando la expresión del duelo. Y sí, muchas de estas ideas son heredadas, pero nosotros tenemos la posibilidad de que no la hereden los peques que nos rodean.
Respecto al mito que señala Cristina, de decir al doliente que estamos para lo que necesite, viene a destacar que el acompañamiento al duelo es un proceso activo. Además de mostrarse disponibles (pasivo), podemos HACER cosas: preguntas por las emociones que se están experimentando, facilitar la expresión de las mismas, ayudar a superar el dolor… Obviamente, mostrar nuestra disposición al doliente siempre será positivo, pero imaginaos que, ante un niño en duelo, le ofrecemos “simplemente” nuestra disponibilidad. El niño necesita que alguien construya con él lo que ha sucedido, no solo que esté disponible (quizás, en ello niño, no surja la comunicación al respecto de manera espontánea, sino que deba ser provocada. De ahí el carácter ACTIVO del acompañamiento en duelo).
Buenas noches,
Pues yo he respondido a unas cuántas verdaderas, no por creerlas personalmente pero si que las he escuchado en infinidad de ocasiones. Me han llamado la atención la 44 y la 59 que hacen referencia a lor recuerdos y rituales de la persona fallecida. El hecho de evitar el dolor hace que muy rápidamente tengamos que sobreponernos y olvidar a la persona ausente, y creemos que a los niños los preservamos del dolor pero en el fondo lo que no queremos es abrir una herida…cuando en realidad lo que hacemos es justo lo contrario, no dejar que se cierre.
Recuerdo hace unos años falleció una compañera del trabajo (de forma repentina y bastante trágica),en la escuela le hicimos un homenaje para despedirla, fue algo muy bonito y especial, además fue una recomendación de la psicóloga que nos acompañó. Pues muchas famílias lo vivieron como algo inapropiado para los alumnos, comentaban que ese acto era “demasiado” para los niños…les costaba gestionar su propio dolor y en consecuencia, el de sus hijos.
Aún hay que seguir avanzando en este tema, que no deja de ser un trabajo emocional.Buenas noches, Sandra. Y gracias por tu aportación.
Como dices, por desgracia, hay muchos mitos aún presentes en nuestra sociedad. Nos cuesta enfrentarnos a la muerte. Nos cuesta gestionar nuestro propio dolor y el de los demás. Y, si no avanzamos en este sentido, poco podremos ayudar a los más pequeños.
Gestionar el dolor es, sin duda, una tarea compleja. Pero como apuntas, forma parte de nuestro desarrollo emocional. Si, frente a una buena expresión, preferimos ocultar, capar o hacer “como si nada”, mal camino llevamos.
Los rituales son una estrategia útil para despedir al fallecido. Ese reconocimiento grupal que comentas que se le realizó a la profesora seguro que sirvió para calmar a muchos de los alumnos y alumnas (aunque a sus padres o madres les pareciera una aberración). Gracias por formar parte de él.
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