Antes de llegar a casa habría que decidir quién es la persona más oportuna y que dispone de un mejor estado emocional para comunicarle la noticia, aunque sea en compañía de otra persona de su entorno más próximo (en este caso se puede suponer que lo harían la madre y el padre juntos). En cuanto al lugar elegiría uno en el que Juan se sienta cómodo, incluso podría preguntarle dónde prefiere que le digamos lo que ha sucedido. Trataría de hacerlo de forma cercana y pausada, sentada a su lado, cogiéndole la mano y mirándole a los ojos. Tal vez comenzaría con algo tipo “Juan, tienes que saber que ha pasado algo feo” para seguir con “el tito ha tenido un accidente de tráfico y ha sido tan tan fuerte que no ha conseguido salvarse; ha muerto. Eso significa que a partir de ahora solo podrá estar con nosotros en nuestro corazón y en nuestra memoria”
Respecto a la pregunta “¿Cuándo morirás tú?” le respondería algo como “Cariño, no tengo respuesta a eso porque es algo que nunca se sabe. Ojalá que tarde mucho tiempo en suceder.” Adoptando más o menos el mismo tono, posición, etc. que antes.