En primer lugar me hubiera gustado no mantener a Juan ajeno, pero ya habiéndolo hecho, intentaría, en casa, encontrar un momento de calma para sentarme junto a él y empezaría diciéndole que tengo que contarle algo que no le va a gustar y que posiblemente pueda provocar en él mucha varias reacciones… le explicaría que su tío ha sufrido un accidente de coche muy fuerte. En ese momento quizás querría saber qué imagina él que puede ocurrir tras una accidente de tráfico… explicaría que el accidente fue tan fuerte que le causó heridas muy graves que no se pudieron curar, y que esas heridas hicieron que su cuerpo dejara de funcionar, por lo que ahora está muerto. Intentaría dejarle claro que esas heridas no son para nada como las que él se suele hacer mientras juega ni como las que no podemos hacer ante accidentes más o menos habituales. A partir de ese momento, y por supuesto dependiendo de su reacción, creo que permitiría un momento de silencio y después preguntaría como se siente, si quiere decir o preguntar algo, añadiendo que, dentro de lo posible, papá y mamá vamos a intentar ayudarlo y que queremos estar a su lado para cuando lo necesite.
Las preguntas de Juan me gustaría responderlas desde la verdad, con palabras reconocibles y con respuestas cortas y claras, intentando estar cerca físicamente y mostrando mis emociones junto a él. Intentaría estar atenta a qué es lo que necesita saber en cada momento, sin anticiparme a contar nada para o que él todavía no pueda estar preparado y ciñéndome el máximo a responder “sólo” sobre lo que él quiere saber. Insistiría en transmitir que puede consultar con nosotros todas sus dudas y que puede hablar con nosotros del tema cuando le apetezca.